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Cargos recurrentes vs. domiciliaciones: diferencias y cuál elegir

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Fer Pinedo

Fer Pinedo

Co-fundador

7 min. de lectura

Si administras un negocio con cobros periódicos, comprender la diferencia entre domiciliaciones bancarias y cargos recurrentes a tarjetas es fundamental.

Definiciones

  • Domiciliación bancaria: es un cargo preautorizado donde el cliente permite que se le cobre automáticamente a su cuenta bancaria (cheques, nómina o ahorros) por un servicio o producto. En otras palabras, la empresa “jala” los fondos desde la cuenta del cliente en la fecha pactada, tras una autorización firmada. Este método también se conoce como débito automático y es común en pagos de préstamos, suscripciones, seguros, servicios básicos, etc.

  • Cargo recurrente: es un cobro igualmente preautorizado, pero cargado a una tarjeta de crédito o débito del cliente. Es el método típico de suscripciones en el que periódicamente se carga la tarjeta (por ejemplo, mensualidades de Netflix o gimnasio). Los fondos provienen del saldo de una tarjeta de débito o de la línea de crédito de una tarjeta de crédito. En esencia, la empresa realiza el cobro a través de las redes de tarjeta, con la ventaja de una confirmación casi instantánea.

En México a veces se usa “domiciliar” para referirse a cualquier pago automático, pero técnicamente la domiciliación bancaria es un cargo automático a una cuenta bancaria, distinto de un cargo recurrente a tarjeta.

Beneficios y limitaciones de cada método

Para las domiciliaciones bancarias no importa si el cliente cancela o pierde su tarjeta; el cobro se realiza mientras la cuenta bancaria siga activa. Además, se suele cobrar una tarifa fija muy baja (de $2 a $6 MXN por transacción) en lugar de un porcentaje del monto, como es con las tarjetas (~3% de comisión). Esto las hace más económicas, especialmente para montos elevados. Sólo es importante considerar que en las domiciliaciones, la comisión aplica por cada intento, independientemente de si fue exitoso o no (mientras que en los cargos recurrentes, sólo se cobra cuando el cargo es exitoso).

En el caso de los cargos recurrentes, la inscripción es sencilla y familiar. Los clientes están habituados a ingresar sus tarjetas, haciéndolo más fácil y rápido para empezar a cobrar (a diferencia de las domiciliaciones donde los consumidores no están acostumbrados a introducir su CLABE interbancaria).

Otra diferencia importante, es que los cargos recurrentes se confirman inmediatamente, permitiendo a la empresa saber al instante si el cargo fue aprobado o no, lo que le permite dar acceso al servicio inmediatamente. La desventaja de estos es la dependencia de la tarjeta la cual puede expirar, perderse, ser cancelada o ser declinada por múltiples razones del banco emisor.

Tabla comparativa

CaracterísticaDomiciliación bancariaCargo recurrente a tarjeta
Fuente de fondosCuenta bancariaTarjeta de crédito/débito
Probabilidad de rechazoBaja (solo si no hay fondos)Alta (si la tarjeta expira, es cancelada o rechazada)
Costo de procesamientoBajo (tarifa fija)Más alto (comisión por porcentaje)
Facilidad de inscripciónRequiere autorización firmadaSolo ingresar tarjeta
Uso comúnPréstamos, seguros, servicios básicosSuscripciones, membresías, SaaS
ConfirmaciónHasta el siguiente día hábilInmediata
Comisión por reintentosSe incurre en costos por cargos declinadosSólo se consideran los pagos exitosos

En el caso de tarjetas de crédito, incluso puede cobrarse aunque el cliente no tenga fondos líquidos en ese momento, aprovechando su línea de crédito.

Contracargos (disputas de pago)

Un contracargo es la cancelación de un cobro por parte del banco, generalmente a solicitud del cliente cuando este desconoce un cargo automático.

En el caso de cargos a tarjeta, si el cliente disputa el cobro y el negocio no puede comprobar la autorización, el banco emisor revierte el pago al cliente (el negocio pierde ese ingreso).

En domiciliaciones bancarias, de igual forma el cliente puede solicitar la devolución dentro de ~90 días si no reconoce el cargo. Por eso es crucial que las empresas guarden la autorización firmada o consentimiento del cliente, para poder demostrar que el cobro fue legítimo en caso de reclamación.

Opción ideal por modelo de negocio

Para entender qué método de cobro conviene más, es útil distinguir entre dos tipos de negocio comunes:

  • B2B (Business to Business) se refiere a negocios que venden productos o servicios a otras empresas. Por ejemplo, consultoras, agencias de marketing, proveedores de internet empresarial y despacho contable.

  • B2C (Business to Consumer) se refiere a negocios que venden directamente al consumidor final. Por ejemplo, gimnasio local, tienda de ropa y plataformas como Spotify y Rappi.

En contextos B2B, las domiciliaciones bancarias son especialmente útiles. A diferencia de los consumidores finales, las empresas están acostumbradas a compartir su CLABE interbancaria para recibir pagos o realizar transferencias. Por lo tanto, este proceso no representa una fricción adicional, como sí podría suceder con un consumidor que no tiene tan presente su cuenta CLABE o que se siente más cómodo ingresando una tarjeta.

Además, muchas empresas no tienen tarjetas de crédito corporativas, o si las tienen, suelen ser de uso restringido o con límites que dificultan su utilización para pagos recurrentes. Esto hace que el modelo de cargos a tarjeta no sea ideal en entornos B2B.

Otro punto importante es el tamaño del ticket promedio. En el comercio B2B, los montos suelen ser más altos, y pagar con tarjeta implicaría comisiones porcentuales que se vuelven significativamente elevadas. En cambio, las domiciliaciones bancarias tienen un costo fijo mucho más bajo, lo que las convierte en una opción más rentable y escalable para cobrar a empresas.

Si vendes a otras empresas, usar domiciliaciones puede ayudarte a cobrar montos grandes con menores comisiones y menos fricción operativa.

Crecimiento de las domiciliaciones

En otros países, la adopción de estos métodos varía. En Europa, por ejemplo, el débito bancario automático (adeudo directo SEPA) es muy común para servicios recurrentes; en España, cerca del 77.5% de los pagos periódicos de los hogares se realizan vía domiciliación bancaria.

En México, aunque muchos pagos recurrentes todavía se cargan a tarjeta o se hacen manualmente, la domiciliación bancaria está ganando terreno aceleradamente conforme más empresas y usuarios confían en la automatización de cobros. Por ejemplo, en 2013 se registraron menos de 80 millones de operaciones domiciliadas, mientras que en 2022 se superaron los 160 millones. La siguiente tabla resume esta evolución:

AñoOperaciones domiciliadasMonto total anual
2013Más de 80 millones$400 millones MXN
2022Más de 160 millones$700 millones MXN
Fuente: Banco de México, datos de domiciliación interbancaria.

Conclusión

No existe un ganador absoluto entre la domiciliación bancaria y el cargo recurrente a tarjeta; cada uno tiene su lugar según el tipo de negocio y cliente. Lo importante es entender sus diferencias para aplicar el más conveniente (incluso combinarlos) y así garantizar que tus ingresos recurrentes se cobren de forma puntual y con el menor costo posible.

En Quentli queremos facilitarte esa tarea. Nuestra plataforma te permite automatizar tanto los cargos a tarjetas como las domiciliaciones bancarias de tus clientes de manera unificada, segura y transparente. Contáctanos para agendar una demo y descubre cómo podemos ayudarte a optimizar tu proceso de cobranza recurrente.

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